viernes, 24 de septiembre de 2010

AMORES OCULTOS 0

Olivia Antúnez tenía dieciséis años en 1912. Aún era una niña en muchos aspectos.
No se parecía en nada a su amiga Victoria. Su amiga estaba hecha de otra pasta. Victoria era muy divertida. Era sociable. Y tenía muchos amigos y también tenía muchas amigas. Victoria poseía el don de hacer reír a todo el mundo con sus comentarios ingeniosos. Un hombre se fijó en ella en aquella época. Se trataba de un tal Damián Sinde. El padre de Olivia, soñaba con ver a don Damián casado con su hija.
Olivia sería presentada en sociedad. Sus padres ya lo habían decidido. Querían verla casada con un buen partido. Además, pensaban que don Damián, antes o después, se fijaría en ella y le pediría que se casaría con él. Olivia no quería a don Damián. No se veía casada con él. Nunca antes había estado enamorada. No sabía lo que era el amor. Sabía que don Damián estaba enamorado de su prima Victoria. Y que Olivia estaba enamorada de don Damián. Se casarían…O eso pensaba ella…
Olivia era todavía muy joven para casarse. Se había convertido en una muchacha muy bonita. De haber sido presentada en sociedad, a nadie le cabría duda de que habría tenido mucho éxito; incluso se decía que era más atractiva que Victoria. Naturalmente, esto último no se decía delante de Victoria. La joven tenía muchos defectos. No solía seguir los convencionalismos sociales. Y tenía un ego desmesurado. Victoria era bastante creída. Nunca había tenido novio. Y no quería perder a ningún pretendiente. Porque tenía muchísimos pretendientes. Don Damián se encontraba entre ellos. No quería perder a ningún pretendiente. ¡Y menos a manos de su inocente amiga!
Sin embargo, el mejor amigo de Olivia y hermano menor de Victoria, Ángel, pensaba que su única prima era una muchacha muy dulce y agradable y disfrutaba mucho de su compañía.
Olivia Antúnez era menuda, bajita y muy delgada. Poseía los ojos de color azul cielo y un cabello de color dorado pálido, como los rayos de sol en invierno.
La madre de Olivia solía medirla. Le preocupaba que su hija fuese tan bajita. Victoria era más alta. Podía ser una maniquí. Olivia admiraba sinceramente a su amiga. Olivia era una belleza. Podía conseguir cualquier cosa que se propusiera. Olivia estaba segura de ello.
Olivia se midió por última vez el día de su cumpleaños. La midió. Según el metro, Olivia medía menos de metro y medio y parecía más una niña que una mujer. Se sentía frustrada con su hija tan bajita…