viernes, 24 de septiembre de 2010

AMORES OCULTOS 1

“Son los primeros días de un nuevo año. 1912. Yo acabo de cumplir dieciséis años.
Se supone que mi padrino y vecino, que es médico militar, tendría que haberse puesto en contacto conmigo para felicitarme por tan señalado día. Pero hace mucho que no escribe ni a su mujer ni a sus hijos (mis buenos amigos Ángel y Victoria) y hace mucho que no recibimos noticias suyas del frente. Nos tememos lo peor. Aunque mantenemos la esperanza de que se encuentre bien.
Está destinado en Marruecos. Allí, los rifeños se han alzado en armas contra nosotros. Exigen la independencia de la colonia. ¿Se les puede culpar por ello? No. Se trata de su país. No del nuestro. Quieren ser independientes. De la misma manera que nosotros no quisimos ser un territorio más conquistado por los franceses, los rifeños no quieren ser un territorio más que nosotros les arrebatamos mediante el uso de la violencia y del terror. Nos odian. No les podemos culpar por ello. Los españoles somos unos hipócritas. Pero prefiero ser española, venezolana o francesa a ser inglesa. Los ingleses son todos un atajo de animales rabiosos dispuestos a devorar cualquier cosa.
No sé porqué pero todos los recuerdos que tengo de mi padrino tienen que ver con el alcohol. No es que sea un borracho…En el caso de que todavía esté vivo…Es que siempre le he visto bebiendo alcohol. Nunca lo he visto borracho. Pero siempre está bebiendo alcohol…O estaba bebiendo alcohol…No lo sé…Mi padrino se caracteriza por ser bastante bebedor. Pero mi madrina, Ángel y Victoria juran que nunca le han visto borracho…Que nunca ha llegado borracho a casa…Yo les creo…O prefiero creerles…
Mi padre suele criticar…O solía criticar al vecino…
Decía que estaba siempre bebiendo.
Le decía que eso no era bueno…Que no debía de beber tanto…Que se estaba haciendo daño así mismo…Le hablaba a mi padrino…Como si…Como si lo hubiese visto borracho en otras ocasiones y nosotros no podamos recordarlo…No sé nada de la vida de mi tío anterior a mis dieciséis años de vida que ya tengo, excepto que conoció a mi madrina, se casó con ella y tuvieron a mis primos. ¿Qué datos son ésos en la biografía de una persona? Ninguno. No sé nada de mi padrino. He de ser sincera en ese aspecto.
Mi padre y mi padrino son dos personas muy diferentes entre sí. Mi padrino había estudiado Medicina. Pero nunca llegó a ejercer la carrera. Prefería pensar que podía hacer otras cosas. Y trató de hacerlas.
Mi padre solía criticarle por eso. Le decía que era tonto…Que los ricos podían ganar mucho dinero…Pero mi padrino había estudiado Medicina, no para ganar dinero, sino porque su padre le había obligado a ello. No quería ser médico. Finalmente, cuando las deudas le acosaron, tuvo que hacer uso de su título. Mi madrina estaba enfadada con él. Creía que su marcha al frente se debía a que había huido por miedo a que sus acreedores pudieran partirle las piernas. Era cierto. En una ocasión, mi padrino le pidió dinero prestado a un prestamista para poder comprarle un vestido elegante a Victoria cuando ésta fue presentada en sociedad. El detalle le costó a mi padrino una brutal paliza a manos de dos sicarios del prestamista.
Después de aquello, mi padrino decidió marcharse al frente a ejercer como médico. Las quejas de su familia y sus ruegos no le hicieron desistir. Se marchó.
Parecía como si…Como si estuviera…Huyendo…
A mi padrino lo recuerdo como un hombre alto y tanto mi amiga Victoria como mi amigo Ángel son altos…Tan altos como lo es su padre…
Mientras mis padres parecen guardar entre sí una distancia un tanto prudencial, mis tíos parecen que viven en una continua luna de miel. Están enamorados…O parecía que estaban enamorados…Que yo recuerde, nunca he estado presente en ninguna de las discusiones que tenían y, en ocasiones, hasta he llegado a dudar de que hubiesen discutido en alguna ocasión. Iban juntos a todas partes…Se cogían de la mano…Eran la viva estampa de la felicidad…
Mi padrino es más joven que mi padre. Apenas, es tres años más joven. Pero aparenta tener menos edad que todavía. Sabe conservarse bien. Y espero que siga sabiendo conservarse bien en el frente.
Me imagino que no es nada fácil lo que mi padrino está viviendo en el frente al lado de otros médicos, como él, y enfermeras. También están los soldados que tienen que atender todos los días porque están heridos. No puedo hacerme a la idea de cómo es la vida que está llevando. No puedo ponerme en su pellejo.
Mi padrino tiene el pelo de color negro como el azabache. Es muy alto y cae bien a la gente. Es muy simpático. Mi padre, por el contrario, es un hombre muy bajo, aunque está tan bien desarrollado como mi padrino. Físicamente, no se parecen en nada. Y emocionalmente… Tampoco se parecen en nada. Mientras mi padrino tiene el pelo de color negro, mi padre tiene el pelo rubio. Yo he salido a mi padre y a mi madre, dicho sea de paso.”