viernes, 24 de septiembre de 2010

AMORES OCULTOS 5

“Soy una mujer reprimida. Me considero también una mujer tímida. Siempre me ha costado mucho trabajo hablar con el mundo.
La única persona con la que he tenido una conversación fluida cada cierto tiempo (porque no le veo todos los días) es con Ángel. Somos muy diferentes. Pero él es tan tímido como yo. El año pasado, en junio, regresó del internado en el que ha estado metido en Madrid. Es un buen estudiante. Aunque sus profesores afirman que es un poquito…Raro…
Por el momento, Ángel no quiere estudiar en la Universidad y se pasa el día en casa a la espera de hacer algo. No hace nada. Lo cierto es que tampoco sale a la calle. Tiene muy pocos amigos, cuando no tenga ninguno en realidad.
Yo estudio mucho. Lo cierto es que no me paso todo el día estudiando porque mis padres son de la opinión de que una mujer no puede ser tan inteligente como un hombre. Pero soy curiosa por naturaleza. Y leo mucho. Leo para satisfacer mis ansias de curiosidad. Y las satisfago a veces.
Mi amigo es un hombre joven que tiene toda la vida por delante. Su familia no está pasando por un buen momento económico. Pero estoy segura de que la mala suerte pasará en cuanto mi padrino vuelva del frente…Si es que vuelve alguna vez…Además, Ángel es listo…Y también es muy guapo…
Pienso que Ángel podría seguir los pasos de su padre…Ser médico…¿Por qué no? ¿Por qué no puede ser médico? En el caso de Ángel, si se decidiese a ser médico, sospecho que su vocación sería auténtica y no se trataría de algo forzado, como fue el caso de mi tío, que estudió la carrera de Medicina casi a la fuerza, obligado por su padre, es decir, por mi abuelo. Ángel ejercería de médico aquí. Y nunca se iría a otra parte…Como si estuviese huyendo…Como está, en el fondo, mi padrino haciendo.
Mi padrino está haciendo lo que puede en el frente.
Pero no es un médico de verdad.
Tiene su licenciatura. Pero nunca quiso ser médico. No sé lo que quería ser exactamente…Supongo que mi padre no lo sabía tampoco…Pero…Médico…No…Él no quería ser médico…Tenía otras aspiraciones…Quería ganar muchísimo dinero…
Pero…Erró en las maneras…
Se equivocó…
Ángel tiene unas ideas un tanto raras con respecto a la vida y la muerte y supongo que, de estudiar Medicina, estudiaría Medicina Forense. Siente una fascinación que puede resultar un tanto insana hacia los cadáveres, especialmente si estos cadáveres son recientes y han muerto de manera violenta. Fantasea con esos cadáveres…Incluso…No sé si esto es cierto o no…Ha llegado a dormir con ellos…En los cementerios…
Se escapa de noche de su casa…Se dirige a los cementerios…No le dice nada a nadie…¿Lo sabrá mi madrina? Creo que la única persona que sabe que duerme con cadáveres es su hermana, mi amiga Victoria, pero sospecho que Ángel se lo ha comentado sólo para asquearla. Victoria adora a Ángel. Pero tiene miedo de él.
Ángel encuentra la belleza en sitios muy extraños. Como el cementerio.
Va mucho a los cementerios. Incluso pasa allí todo el día. Y también pasa allí toda la noche.
Yo le pregunto lo que hace. Él no me lo quiere decir. Opina que soy demasiado delicada como para saberlo.
Me enfado con él.
Le digo que no soy ninguna mojigata delicada. Y que estoy harta de que la gente piense eso de mí.
Me sonríe.
Me dan ganas de matarle cuando me sonríe. Pero no me atrevo a hacerlo. Tiene una sonrisa preciosa. Me gusta verle sonreír. Parece que me está hipnotizando cuando me sonríe.
A Ángel no le llama nada la atención mi nombre. Yo, por el contrario, he terminado aborreciéndolo. Olivia. ¡Me llamo Olivia! Olivia. Me extraña que esté bautizada. Y que haya hecho la Primera Comunión. Olivia no debe de ser un nombre bíblico. No aparece en la Biblia. No creo que haya alguna Santa Olivia. Ni que exista ninguna mártir que lleve ese nombre. Olivia…
Me lo pusieron mis padres. Fue idea de ellos que me llamara así. Olivia. Decían que yo había nacido mientras mi padre estaba escribiendo un ensayo sobre el Partenón. ¿El mismo que están saqueando poco a poco los ingleses? A mi familia le encanta todo lo referente a la época clásica en Grecia y Roma. Yo me llamo Olivia. Y mi mejor amiga se llama Victoria. La divina Augusta. Éste era el sobrenombre que tenía una de las esposas de Nerón. No recuerdo si fue la primera esposa o la segunda esposa…Pero sí recuerdo que se llamaba Popea.
Al menos, mis tíos decidieron llamar a su hija Victoria. Puede parecer alegre y divertida. Pero también puede parecer soberbia y altanera. Victoria es una chica impredecible. Está llena de contrastes. Supongo que es como todo el mundo. Todos nosotros estamos llenos de contrastes. Somos antagónicos de nosotros mismos. A Victoria le pasa lo mismo que nos pasa a Ángel y a mí.”