viernes, 24 de septiembre de 2010

AMORES OCULTOS

ALMENDRICOS, LORCA, 1912

DE ÁNGEL A OLIVIA:

MI QUERIDA OLIVIA:

“Es imposible que no me guste tu nombre. No conozco a nadie que se llame igual que tú. Tienes un nombre único y original. Y eso me gusta.
Te asombrará leer esta carta.
Ya da todo igual. Te he escrito esta carta sólo porque me apetecía escribírtela. Siempre he pensado en ti de una forma muy especial, si bien nunca me he atrevido a confesártelo. Cada vez que voy a verte me pongo contento. Tú me recibes siempre con la misma sonrisa cálida. Intentas parecer fría. Pero a mí no me engañas.
Olivia, sólo soy feliz cuando estoy contigo. ¿Qué significará esto?
Quizás no entiendas lo que estoy tratando de decirte. Puede que nunca llegues a leer esta carta. Es más que probable que la acabe rompiendo. O que la queme.
Pero me siento mejor mientras la escribo. Olivia, pienso que eres la criatura más maravillosa que jamás ha existido en este cochino mundo. Tú estás por encima de las demás personas mediocres que conocemos. Y, créeme, hemos conocido a muchas.
No pienses en esos seres penosos, Olivia. Piensa en lo maravillosa que eres. Porque no dejes que nadie te quite esa idea de la cabeza. Eres única…Y eres especial…Tú lo eres todo para mí. Me siento feliz cada vez que te doy un beso en la mejilla. Y me siento feliz cada vez que hablo contigo. Quería que lo supieras. Por eso, te he escrito esta carta.
No te asustes cuando leas esta carta, Olivia. No pienses que albergo oscuras intenciones hacia ti. Todo lo contrario. Quiero lo mejor para ti. Y deseo de todo corazón que seas feliz. Pero es muy difícil hoy en día alcanzar la felicidad. Vemos prohibiciones por todas partes. Deseamos hablar de lo que queramos. Pero la censura nos lo tiene prohibido. Y la Inquisición está siempre merodeando por ahí.
Se vive con miedo.
Yo no quiero que tú tengas miedo.
Quiero que seas feliz, mi querida Olivia.”