viernes, 24 de septiembre de 2010

AMORES OCULTOS 5

“Soy una mujer reprimida. Me considero también una mujer tímida. Siempre me ha costado mucho trabajo hablar con el mundo.
La única persona con la que he tenido una conversación fluida cada cierto tiempo (porque no le veo todos los días) es con Ángel. Somos muy diferentes. Pero él es tan tímido como yo. El año pasado, en junio, regresó del internado en el que ha estado metido en Madrid. Es un buen estudiante. Aunque sus profesores afirman que es un poquito…Raro…
Por el momento, Ángel no quiere estudiar en la Universidad y se pasa el día en casa a la espera de hacer algo. No hace nada. Lo cierto es que tampoco sale a la calle. Tiene muy pocos amigos, cuando no tenga ninguno en realidad.
Yo estudio mucho. Lo cierto es que no me paso todo el día estudiando porque mis padres son de la opinión de que una mujer no puede ser tan inteligente como un hombre. Pero soy curiosa por naturaleza. Y leo mucho. Leo para satisfacer mis ansias de curiosidad. Y las satisfago a veces.
Mi amigo es un hombre joven que tiene toda la vida por delante. Su familia no está pasando por un buen momento económico. Pero estoy segura de que la mala suerte pasará en cuanto mi padrino vuelva del frente…Si es que vuelve alguna vez…Además, Ángel es listo…Y también es muy guapo…
Pienso que Ángel podría seguir los pasos de su padre…Ser médico…¿Por qué no? ¿Por qué no puede ser médico? En el caso de Ángel, si se decidiese a ser médico, sospecho que su vocación sería auténtica y no se trataría de algo forzado, como fue el caso de mi tío, que estudió la carrera de Medicina casi a la fuerza, obligado por su padre, es decir, por mi abuelo. Ángel ejercería de médico aquí. Y nunca se iría a otra parte…Como si estuviese huyendo…Como está, en el fondo, mi padrino haciendo.
Mi padrino está haciendo lo que puede en el frente.
Pero no es un médico de verdad.
Tiene su licenciatura. Pero nunca quiso ser médico. No sé lo que quería ser exactamente…Supongo que mi padre no lo sabía tampoco…Pero…Médico…No…Él no quería ser médico…Tenía otras aspiraciones…Quería ganar muchísimo dinero…
Pero…Erró en las maneras…
Se equivocó…
Ángel tiene unas ideas un tanto raras con respecto a la vida y la muerte y supongo que, de estudiar Medicina, estudiaría Medicina Forense. Siente una fascinación que puede resultar un tanto insana hacia los cadáveres, especialmente si estos cadáveres son recientes y han muerto de manera violenta. Fantasea con esos cadáveres…Incluso…No sé si esto es cierto o no…Ha llegado a dormir con ellos…En los cementerios…
Se escapa de noche de su casa…Se dirige a los cementerios…No le dice nada a nadie…¿Lo sabrá mi madrina? Creo que la única persona que sabe que duerme con cadáveres es su hermana, mi amiga Victoria, pero sospecho que Ángel se lo ha comentado sólo para asquearla. Victoria adora a Ángel. Pero tiene miedo de él.
Ángel encuentra la belleza en sitios muy extraños. Como el cementerio.
Va mucho a los cementerios. Incluso pasa allí todo el día. Y también pasa allí toda la noche.
Yo le pregunto lo que hace. Él no me lo quiere decir. Opina que soy demasiado delicada como para saberlo.
Me enfado con él.
Le digo que no soy ninguna mojigata delicada. Y que estoy harta de que la gente piense eso de mí.
Me sonríe.
Me dan ganas de matarle cuando me sonríe. Pero no me atrevo a hacerlo. Tiene una sonrisa preciosa. Me gusta verle sonreír. Parece que me está hipnotizando cuando me sonríe.
A Ángel no le llama nada la atención mi nombre. Yo, por el contrario, he terminado aborreciéndolo. Olivia. ¡Me llamo Olivia! Olivia. Me extraña que esté bautizada. Y que haya hecho la Primera Comunión. Olivia no debe de ser un nombre bíblico. No aparece en la Biblia. No creo que haya alguna Santa Olivia. Ni que exista ninguna mártir que lleve ese nombre. Olivia…
Me lo pusieron mis padres. Fue idea de ellos que me llamara así. Olivia. Decían que yo había nacido mientras mi padre estaba escribiendo un ensayo sobre el Partenón. ¿El mismo que están saqueando poco a poco los ingleses? A mi familia le encanta todo lo referente a la época clásica en Grecia y Roma. Yo me llamo Olivia. Y mi mejor amiga se llama Victoria. La divina Augusta. Éste era el sobrenombre que tenía una de las esposas de Nerón. No recuerdo si fue la primera esposa o la segunda esposa…Pero sí recuerdo que se llamaba Popea.
Al menos, mis tíos decidieron llamar a su hija Victoria. Puede parecer alegre y divertida. Pero también puede parecer soberbia y altanera. Victoria es una chica impredecible. Está llena de contrastes. Supongo que es como todo el mundo. Todos nosotros estamos llenos de contrastes. Somos antagónicos de nosotros mismos. A Victoria le pasa lo mismo que nos pasa a Ángel y a mí.”

AMORES OCULTOS 4

Con nosotros está también mi institutriz. Se trata de la señorita Vanesa Sinde, una mujer que tiene más de veinticinco años. A mi madre le cae bien mi institutriz. Si mi madre es hija de un barón, mi institutriz es prima de un conde, de don Damián Sinde, amigo de mi padre.
La señorita Vanesa Sinde estaba considerada en su día como una de las grandes bellezas de la alta sociedad de Murcia. Tenía a todos los hombres a sus pies. Pero nunca se casó. La primera temporada que pasó en sociedad, la señorita Vanesa recibió numerosas ofertas de matrimonio. Las rechazó todas. Tenía más o menos mi edad en aquella época. Se veía así misma como demasiado joven y demasiado inmadura como para casarse y decidió esperar un tiempo. Por desgracia, la familia de la señorita Vanesa se arruinó por culpa de la mala cabeza del padre a la hora de ahorrar dinero. Por aquel entonces, la señorita Vanesa tenía dieciocho años, llevaba ya dos temporadas en sociedad y se resistía a contraer matrimonio, pese a las numerosas ofertas que le habían hecho. Su cuantiosa dote disminuyó a raíz de quedarse su familia en la ruina y las ofertas de matrimonio empezaron a escasear. Los Sinde decidieron recurrir a la rama rica de la familia para poder salir adelante. Se fueron a vivir con don Damián. Mientras, la señorita Vanesa decidió buscar trabajo como institutriz. La primera vez que la señorita Dafne pisó mi casa me quedé impresionada. Les puedo jurar que nunca antes había visto a una mujer dotada de una belleza sin parangón; la señorita Dafne es alta, esbelta y pelirroja. Es tan hermosa como Victoria. Pero la señorita Vanesa no tiene pretendientes desde hace mucho tiempo.
Se ha resignado a permanecer soltera de por vida. Nunca habla de su pasado.
Todo lo que sé de ella es por lo que me ha comentado su primo.
La señorita Vanesa guarda silencio.
Calla.
Es una figura silenciosa en mi casa. Casi no se mueve. La veo caminar de un sitio a otro. Pero sus pasos apenas se oyen. A veces, creo oírla llorar. ¿Por qué llora?, me pregunto. Pienso que, quizás, eche de menos su antigua vida. Antes, ella era alguien. Todo el mundo la admiraba. Y, ahora, está trabajando. Piensa que la vida no ha sido justa para ella.
Creo que nos observa a Victoria y a mí mientras paseamos cogidas del brazo.
En otro tiempo, la señorita Vanesa fue una bailarina ágil y elegante. Me doy cuenta de ello durante mis clases de baile. Me dice cómo debo marcar el paso. Me asegura que, cuando sea presentada en sociedad, tendré ya dieciocho años. Podré bailar ya el vals. ¡Menuda gracia me hace!, pienso. Pero no se lo digo. La señorita Vanesa recuerda, durante las clases de baile, todas las veces que ha bailado en brazos de algún apuesto caballero. Seguramente, habría más de uno que habría hecho acelerar los latidos del corazón de la señorita Vanesa cuando la sacaba a bailar y rodeaba su esbelta cintura con el brazo. Hasta donde yo sé, la señorita Vanesa es virgen. Se ha cuidado de que ningún caballero se propasase con ella. No es de extrañar que siga siendo virgen viniendo de una familia como lo es el clan de los Ferrero.
Es don Damián el que nos cuenta cómo los pretendientes de la señorita Vanesa hacían cola en la puerta con la intención de verla. Cuando la familia de mi institutriz se arruinó, los pretendientes desaparecieron. La señorita Vanesa se quedó desolada. Era joven y hermosa. Su belleza pelirroja había llamado la atención de muchos caballeros murcianos. Le gustaba ser el centro de atención. Don Damián nos comentó a mis padres y a mí que la señorita Dafne disfrutaba teniendo de rodillas a todos los caballeros que quería y que se pavoneaba delante de ellos, mientras éstos le gritaban toda clase de juramentos de amor eterno muy torpes, por cierto.
Soy demasiado tímida como para ir a clase. Además, mi salud nunca ha sido precisamente fuerte. Por ese motivo, desde que cumplí seis años, mis padres se han dedicado a contratar una serie de institutrices que no duraban más de un año, pero, cuando contrataron a la señorita Vanesa, yo tenía ya catorce años y, desde entonces, ella ha permanecido a mi lado. Ignoro el porqué. Será porque la señorita Vanesa es muy agradable…O porque pertenece a la nobleza…O porque su primo es un buen amigo de mi padre…¡Yo qué sé! ¡No sé gran cosa de nada!
Me caían bien todas las demás institutrices, si bien todas estaban, en mi opinión, demasiado gordas. No cabían por la puerta. No eran precisamente unas bellezas, como son las institutrices de las novelas románticas. Lo agradecía. Así, no se liaban con mi padre. Aunque no es del estilo de mi padre el estar por ahí persiguiendo institutrices para acostarse con ellas y preñarlas. Yo no soy tampoco una belleza. Estoy demasiado flaca. Parezco un esqueleto andante. Estoy demasiado flaca y soy demasiado pálida. La señorita Vanesa me dice que no me preocupe por eso, ya que, con el tiempo, terminaré convertida en una mujer esbelta y con muchas curvas, como Victoria.
No es posible…No me veo a mí misma como una rubia curvilínea porque estoy demasiado flaca para ser curvilínea. Y, además, mis formas de mujer son casi invisibles.

AMORES OCULTOS 3

Mi padrino se encuentra viviendo en una situación peligrosa en el frente, ya que el hospital de campaña en el que está trabajando se encuentra prácticamente en primera línea de combate. Le pueden matar en cualquier momento. Y él lo sabe. Es un hombre duro y fuerte que puede sobrevivir a innumerables batallas.
Me fijo también en mi madre. De alguna manera, mi madre posee la misma fortaleza y la misma dureza que caracteriza a mi padrino. Sin embargo, los dos tienen orígenes distintos y mi madre no se caracteriza precisamente por su impulsividad, sino por todo lo contrario, ya que es muy racional. De alguna manera, he heredado el carácter impulsivo de mis tíos, pero lo reprimo gracias al carácter racional que he heredado de mis padres.
Combato el acné que se ceba sobre mí lavándome la cara con agua y jabón dos veces al día. Me dicen que es normal que tenga acné. Después de todo, soy una chica de dieciséis años.
No recuerdo que mi madre se haya reído alguna vez con ganas. Mi madre es una mujer muy seria. Es la clase de mujer que, cuando hay que reírse, sólo se limita a esbozar una sonrisa tenue. En ese aspecto, no se parece en nada a la tía Sofía, la cual siempre se estaba riendo. Pero eso era…Antes…Cuando mi padrino todavía no se había marchado al frente… Me extraña muchísimo que dos personas que son tan diferentes como mi padre y mi padrino sean amigos y también me extraña muchísimo que dos personas tan diferentes como mi madre y mi madrina se lleven bien…A veces…Soy rubia, como mi padre, pero es que mi madre también es rubia, pero, al contrario que yo, que tengo el pelo liso, mi madre tiene el pelo rizado de manera natural.

AMORES OCULTOS 2

“Mis padres me hablan en tono muy paternalista y condescendiente. Piensan que todavía soy una niña y yo no sé qué hacer para demostrarles lo contrario. Ya no soy una niña. Todo lo contrario. Ahora, soy una mujer madura. En cambio, mi padrino y mi madrina no tratan a mis primos de ese modo. Ellos son conscientes de que Ángel y Victoria ya no son unos niños. Todo lo contrario. Son ya un hombre y una mujer…Personas adultas…
Mi padrino posee unos rasgos fuertes, duros y atractivos. Sus manos están curtidas y su voz suele sonar ronca y dura. Es un hombre bueno. Pero tiene muchos defectos. La impulsividad es el peor de todos ellos.”

AMORES OCULTOS 1

“Son los primeros días de un nuevo año. 1912. Yo acabo de cumplir dieciséis años.
Se supone que mi padrino y vecino, que es médico militar, tendría que haberse puesto en contacto conmigo para felicitarme por tan señalado día. Pero hace mucho que no escribe ni a su mujer ni a sus hijos (mis buenos amigos Ángel y Victoria) y hace mucho que no recibimos noticias suyas del frente. Nos tememos lo peor. Aunque mantenemos la esperanza de que se encuentre bien.
Está destinado en Marruecos. Allí, los rifeños se han alzado en armas contra nosotros. Exigen la independencia de la colonia. ¿Se les puede culpar por ello? No. Se trata de su país. No del nuestro. Quieren ser independientes. De la misma manera que nosotros no quisimos ser un territorio más conquistado por los franceses, los rifeños no quieren ser un territorio más que nosotros les arrebatamos mediante el uso de la violencia y del terror. Nos odian. No les podemos culpar por ello. Los españoles somos unos hipócritas. Pero prefiero ser española, venezolana o francesa a ser inglesa. Los ingleses son todos un atajo de animales rabiosos dispuestos a devorar cualquier cosa.
No sé porqué pero todos los recuerdos que tengo de mi padrino tienen que ver con el alcohol. No es que sea un borracho…En el caso de que todavía esté vivo…Es que siempre le he visto bebiendo alcohol. Nunca lo he visto borracho. Pero siempre está bebiendo alcohol…O estaba bebiendo alcohol…No lo sé…Mi padrino se caracteriza por ser bastante bebedor. Pero mi madrina, Ángel y Victoria juran que nunca le han visto borracho…Que nunca ha llegado borracho a casa…Yo les creo…O prefiero creerles…
Mi padre suele criticar…O solía criticar al vecino…
Decía que estaba siempre bebiendo.
Le decía que eso no era bueno…Que no debía de beber tanto…Que se estaba haciendo daño así mismo…Le hablaba a mi padrino…Como si…Como si lo hubiese visto borracho en otras ocasiones y nosotros no podamos recordarlo…No sé nada de la vida de mi tío anterior a mis dieciséis años de vida que ya tengo, excepto que conoció a mi madrina, se casó con ella y tuvieron a mis primos. ¿Qué datos son ésos en la biografía de una persona? Ninguno. No sé nada de mi padrino. He de ser sincera en ese aspecto.
Mi padre y mi padrino son dos personas muy diferentes entre sí. Mi padrino había estudiado Medicina. Pero nunca llegó a ejercer la carrera. Prefería pensar que podía hacer otras cosas. Y trató de hacerlas.
Mi padre solía criticarle por eso. Le decía que era tonto…Que los ricos podían ganar mucho dinero…Pero mi padrino había estudiado Medicina, no para ganar dinero, sino porque su padre le había obligado a ello. No quería ser médico. Finalmente, cuando las deudas le acosaron, tuvo que hacer uso de su título. Mi madrina estaba enfadada con él. Creía que su marcha al frente se debía a que había huido por miedo a que sus acreedores pudieran partirle las piernas. Era cierto. En una ocasión, mi padrino le pidió dinero prestado a un prestamista para poder comprarle un vestido elegante a Victoria cuando ésta fue presentada en sociedad. El detalle le costó a mi padrino una brutal paliza a manos de dos sicarios del prestamista.
Después de aquello, mi padrino decidió marcharse al frente a ejercer como médico. Las quejas de su familia y sus ruegos no le hicieron desistir. Se marchó.
Parecía como si…Como si estuviera…Huyendo…
A mi padrino lo recuerdo como un hombre alto y tanto mi amiga Victoria como mi amigo Ángel son altos…Tan altos como lo es su padre…
Mientras mis padres parecen guardar entre sí una distancia un tanto prudencial, mis tíos parecen que viven en una continua luna de miel. Están enamorados…O parecía que estaban enamorados…Que yo recuerde, nunca he estado presente en ninguna de las discusiones que tenían y, en ocasiones, hasta he llegado a dudar de que hubiesen discutido en alguna ocasión. Iban juntos a todas partes…Se cogían de la mano…Eran la viva estampa de la felicidad…
Mi padrino es más joven que mi padre. Apenas, es tres años más joven. Pero aparenta tener menos edad que todavía. Sabe conservarse bien. Y espero que siga sabiendo conservarse bien en el frente.
Me imagino que no es nada fácil lo que mi padrino está viviendo en el frente al lado de otros médicos, como él, y enfermeras. También están los soldados que tienen que atender todos los días porque están heridos. No puedo hacerme a la idea de cómo es la vida que está llevando. No puedo ponerme en su pellejo.
Mi padrino tiene el pelo de color negro como el azabache. Es muy alto y cae bien a la gente. Es muy simpático. Mi padre, por el contrario, es un hombre muy bajo, aunque está tan bien desarrollado como mi padrino. Físicamente, no se parecen en nada. Y emocionalmente… Tampoco se parecen en nada. Mientras mi padrino tiene el pelo de color negro, mi padre tiene el pelo rubio. Yo he salido a mi padre y a mi madre, dicho sea de paso.”

AMORES OCULTOS 0

Olivia Antúnez tenía dieciséis años en 1912. Aún era una niña en muchos aspectos.
No se parecía en nada a su amiga Victoria. Su amiga estaba hecha de otra pasta. Victoria era muy divertida. Era sociable. Y tenía muchos amigos y también tenía muchas amigas. Victoria poseía el don de hacer reír a todo el mundo con sus comentarios ingeniosos. Un hombre se fijó en ella en aquella época. Se trataba de un tal Damián Sinde. El padre de Olivia, soñaba con ver a don Damián casado con su hija.
Olivia sería presentada en sociedad. Sus padres ya lo habían decidido. Querían verla casada con un buen partido. Además, pensaban que don Damián, antes o después, se fijaría en ella y le pediría que se casaría con él. Olivia no quería a don Damián. No se veía casada con él. Nunca antes había estado enamorada. No sabía lo que era el amor. Sabía que don Damián estaba enamorado de su prima Victoria. Y que Olivia estaba enamorada de don Damián. Se casarían…O eso pensaba ella…
Olivia era todavía muy joven para casarse. Se había convertido en una muchacha muy bonita. De haber sido presentada en sociedad, a nadie le cabría duda de que habría tenido mucho éxito; incluso se decía que era más atractiva que Victoria. Naturalmente, esto último no se decía delante de Victoria. La joven tenía muchos defectos. No solía seguir los convencionalismos sociales. Y tenía un ego desmesurado. Victoria era bastante creída. Nunca había tenido novio. Y no quería perder a ningún pretendiente. Porque tenía muchísimos pretendientes. Don Damián se encontraba entre ellos. No quería perder a ningún pretendiente. ¡Y menos a manos de su inocente amiga!
Sin embargo, el mejor amigo de Olivia y hermano menor de Victoria, Ángel, pensaba que su única prima era una muchacha muy dulce y agradable y disfrutaba mucho de su compañía.
Olivia Antúnez era menuda, bajita y muy delgada. Poseía los ojos de color azul cielo y un cabello de color dorado pálido, como los rayos de sol en invierno.
La madre de Olivia solía medirla. Le preocupaba que su hija fuese tan bajita. Victoria era más alta. Podía ser una maniquí. Olivia admiraba sinceramente a su amiga. Olivia era una belleza. Podía conseguir cualquier cosa que se propusiera. Olivia estaba segura de ello.
Olivia se midió por última vez el día de su cumpleaños. La midió. Según el metro, Olivia medía menos de metro y medio y parecía más una niña que una mujer. Se sentía frustrada con su hija tan bajita…

AMORES OCULTOS

ALMENDRICOS, LORCA, 1912

DE ÁNGEL A OLIVIA:

MI QUERIDA OLIVIA:

“Es imposible que no me guste tu nombre. No conozco a nadie que se llame igual que tú. Tienes un nombre único y original. Y eso me gusta.
Te asombrará leer esta carta.
Ya da todo igual. Te he escrito esta carta sólo porque me apetecía escribírtela. Siempre he pensado en ti de una forma muy especial, si bien nunca me he atrevido a confesártelo. Cada vez que voy a verte me pongo contento. Tú me recibes siempre con la misma sonrisa cálida. Intentas parecer fría. Pero a mí no me engañas.
Olivia, sólo soy feliz cuando estoy contigo. ¿Qué significará esto?
Quizás no entiendas lo que estoy tratando de decirte. Puede que nunca llegues a leer esta carta. Es más que probable que la acabe rompiendo. O que la queme.
Pero me siento mejor mientras la escribo. Olivia, pienso que eres la criatura más maravillosa que jamás ha existido en este cochino mundo. Tú estás por encima de las demás personas mediocres que conocemos. Y, créeme, hemos conocido a muchas.
No pienses en esos seres penosos, Olivia. Piensa en lo maravillosa que eres. Porque no dejes que nadie te quite esa idea de la cabeza. Eres única…Y eres especial…Tú lo eres todo para mí. Me siento feliz cada vez que te doy un beso en la mejilla. Y me siento feliz cada vez que hablo contigo. Quería que lo supieras. Por eso, te he escrito esta carta.
No te asustes cuando leas esta carta, Olivia. No pienses que albergo oscuras intenciones hacia ti. Todo lo contrario. Quiero lo mejor para ti. Y deseo de todo corazón que seas feliz. Pero es muy difícil hoy en día alcanzar la felicidad. Vemos prohibiciones por todas partes. Deseamos hablar de lo que queramos. Pero la censura nos lo tiene prohibido. Y la Inquisición está siempre merodeando por ahí.
Se vive con miedo.
Yo no quiero que tú tengas miedo.
Quiero que seas feliz, mi querida Olivia.”

jueves, 23 de septiembre de 2010

ADVERTENCIA

• Estas historias están narradas en primera persona. Sólo conocemos lo que piensa y lo que sienten las narradoras. Las cartas que recibieron de sus amantes se han extraviado. De ellos sabremos gracias a sus gestos, a su manera de hablar, de expresarse, de pensar… Pero no aparecen en esta historia ni sus cartas ni tampoco aparece su diario.
• Me disculpo con aquellos lectores a los que no les guste que no hayan villanos en esta historia ni haya intrigas ni tampoco conspiraciones. El 99% de las personas viven una vida normal, sin grandes sobresaltos. De vez en cuando, todos tenemos alguna pequeña aventurilla.
• También me disculpo con aquellos lectores a los que les desagrade que los galanes sean chicos de dieciocho años de aspecto siniestro, pero, al mismo tiempo frágil. No me gustan los héroes que tienen un aspecto musculoso. Quizás, algún día, mi héroe tendrá unas facciones duras y atractivas, posea unos potentes músculos y sea cínico, duro y viril, pero, mientras tanto, mi héroe será un chico normal y corriente. Con apariencia delicada y frágil. Admitamos que a muchas mujeres nos gusta proteger y mimar a nuestras parejas. Está bien sentirnos protegidas, pero también nos gusta proteger.
• Lamento también que mis heroínas sea una chica de dieciséis años de apariencia angelical y sin el cuerpo de una Barbie. Parthenia es la chica buena por antonomasia. Podría parecer la eterna secundaria de una novela romántica. La chica callada y sumisa que hace de comparsa de la heroína (que bien podría ser Augusta, su prima). Pero la manera de pensar de las protagonistas, el modo en el que finalmente se entregan a sus amados amantes y sus fantasías macabras las hacen, en mi humilde opinión, más interesante que las otras, las cuales sufre un agudo pánico al sexo, debido a las ideas que le han metido sus madres en la cabeza. La inmadurez sexual de las secundarias y la lascivia reprimida de los secundarios (que podría ser el héroe de cualquier novela romántica de no ser porque es muy reprimido y misógino) harán que sea imposible que su historia de amor (muy secundaria) avance.
• Lamento, además, que alguien pueda sentirse ofendido cuando la protagonista habla con tanta naturalidad de sangre y vísceras y sienta deseos de asesinar a su primo y amante y comérselo así como de que desee que él la asesine y se la coma. El deseo puede expresarse de muchas maneras. Así como en diversas novelas, la relación amorosa se desarrolla entre violaciones que sufre la heroína fuerte y decidida a manos del galán de marras, ¿por qué mi protagonista no va a desear beber la sangre de su primo o comer su carne? Si las autoras de novela romántica ven bien una violación, ¿no pueden ver también bien el deseo de cometer un acto de canibalismo? Después de todo, violación y canibalismo son delitos.

Va por ustedes

A TODOS LOS QUE CREYERON Y A TODOS LOS QUE NO CREYERON EN MÍ VA DEDICADA DEDICADAS ESTAS HISTORIAS. A LOS PRIMEROS LES DOY LAS GRACIAS Y A LOS DEMÁS… ¡QUE LES DEN!