viernes, 5 de noviembre de 2010

FRAGMENTO DE "SOMBRA Y ESTRELLA"

Subió los escalones de dos en dos hasta detenerse en la elegante curva en que la escalera giraba sobre sí misma. Desde su posición, Leda no podía verle la cara, sino tan solo su mano asida al pasamanos tallado.
-¡Leda!- gritó Samuel de repente con una furia que resonó por toda la casa vacía –¡Maldita sea! Has dicho que me amas. Y yo soy así, y no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Quiero tocarte, quiero acostarme contigo, quiero entrar en ti. Dios, lo estoy deseando desde que te he rescatado de manos de ese cabrón. Te habría hecho el amor en la cubierta, en la calesa, contra una pared. Me da igual dónde sea.
Leda agachó la cabeza y se miró los dedos de los pies, que asomaban bajo la falda.
-Pues yo prefiero una cama – dijo.