viernes, 5 de noviembre de 2010

OTRO TROZO DE "PLEAMAR", EL FANFIC DE "SOMBRA Y ESTRELLA"

-Cásate conmigo, Lilian, porque estoy completamente fascinado con tus orejas.
Lilian sonrió con el recuerdo. Marcus siempre había sido romántico a su manera. Y ella lo había amado como nunca antes pensó que amaría a un hombre.
Como nunca volvería a amar a un hombre.
-Milady.
Era el ama de llaves, una mujer que debía de tener la misma edad que tenía Lilian en aquellos momentos.
-Ha llegado una carta de mistress Mckenna-anunció.
-¡Carta de Aline!-exclamó Lilian.
Aline era la cuñada de Lilian y una de las dos hermanas menores de Marcus.
Las cartas que Lilian recibía de sus cuñadas Livia y Aline constituían su única fuente de entretenimiento. También venía a verla de vez en cuando la esposa de su difunto hermano Rafe, Hannah. El año pasado, John, el marido de Aline, murió tras una larga y penosa enfermedad. Y la salud de Gideon, el marido de Livia, tampoco era muy buena. Nos estamos haciendo viejos, pensó Lilian con pesar. Parecía que había sido ayer cuando conoció a Annabelle y a Evangeline, más conocida por todos como Evie.
Las florero.
Lilian apartó el recuerdo de su mente. Las chicas florero ya no existían. No quería saber nada de Evie. La culpaba a ella de la mayor tragedia que había sacudido su vida. Cogió la carta que le tendió el ama de llaves, la abrió y empezó a leerla:
MI QUERIDA LILIAN:
"De no ser por mis hijos, me habría vuelto ya loca.
Por culpa de mi padre, John y yo estuvimos separados durante doce años. Para ambos, esos doce años fueron los más terribles y dolorosos de nuestras vidas. Luego, Dios quiso reunirnos de nuevo. Nos las prometíamos muy felices. Lo cierto es que no me puedo quejar.
Hemos pasado juntos más de cuarenta años. Hemos compartido muchas cosas en estos buenos momentos.
Hemos sido muy felices, no te lo puedo negar. Como tampoco te puedo negar que hemos discutido en muchas ocasiones. No se pueden olvidar doce años de dolor de golpe. John es el mejor hombre que jamás he conocido. Hemos superado juntos muchos baches. Nuestro matrimonio ha sufrido muchas crisis agudas. Y, en ocasiones, he cometido tonterías de las cuales estoy muy arrepentida. Como buscar consuelo en otros hombres.
John me ha perdonado mis infidelidades.
Supongo que piensa que él también traicionó nuestro amor. Yo me mantuve casta y pura durante doce años sólo para él. Y él, en cambio, estuvo acostándose con otras mujeres. Decía que me veía en sus caras. ¡Lo dudo mucho!
Cuando me echaba en cara mis infidelidades, yo le decía que veía su cara en los rostros de los hombres con los que me acostaba. Los dos obramos mal. John me traicionó. Y yo traicioné a John. Debimos de habernos divorciado hace mucho tiempo. Livia me lo decía. <> Pero ella siguió con Gideon. Y Gideon no es ningún Santo.
Te confieso que, en ocasiones, he sentido la tentación de hacerle caso.
Pero no he podido. John es como una droga para mí. O ha sido como una droga para mí.
De la misma forma que yo he sido como una droga para John. Ahora, todo ha acabado. John y yo no volveremos a pelearnos más.
Tú no eres como yo, Lilian.
Tú has sufrido más que yo en este mundo.
Yo tengo las piernas quemadas. Pero mis hijos están vivos. A mí nadie me secuestró a mi hijo. Ni tuve que contemplar cómo mi hija (no tengo hijas, pero tengo hijos y el dolor es el mismo) se ahogaba en el mar. Mi marido murió tras una larga enfermedad. No fue asesinado por un desconocido en Hyde Park.
Desde aquel día, vives encerrada en <>. No sales a la calle.
Hannah Bowman, la esposa de tu hermano Rafe, va a verte con frecuencia.
Casi no habláis. Hannah es la que lleva siempre el peso de la conversación. Tú te limitas sólo a escucharla. Eso no es bueno ni para ti ni para ella. Pero Hannah también lleva su propia cruz a cuestas. He perdido a mi marido, pero me queda el consuelo de haber tenido seis preciosos hijos con él. No soy como Hannah, que no tiene hijos. Me dan pena las viudas que no tienen hijos. Y Hannah es digna de compasión. Está sola en el mundo. Sólo te tiene a ti. Por lo que sé, dejó de hablarse con su prima. ¿Es cierto que Rafe estuvo liado con ella? La gente habla...Habla mucho...Y habla mal...
Yo vivo en Edimburgo con mis hijos.
Tengo muchos nietos. No sé porqué te hablo de estas cosas. Te estoy haciendo sufrir, Lilian.
Te pido perdón. Puede que no tengas nunca nietos. O puede que sí llegues a ser abuela. Recuerdo que tu hermana Daisy solía decir que tu hijo, mi sobrino, el pequeño Samuel, estaba vivo. Tú te aferras a la idea de que está muerto porque no quieres volver a sufrir. Y lo entiendo. Pero una parte de ti todavía piensa que está vivo. Y lo desea con todas sus fuerzas.
Por mi parte, rezaré mucho por ti, Lilian.
Te quiero mucho.
Ven a verme a Edimburgo. Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti. Lo sabes, ¿verdad?
Tuya,
ALINE."
¡Maldita zorra!, pensó Lilian con rabia.
Creía odiar a Aline en aquellos momentos.
La perfecta Aline...No, Aline no había sido nunca perfecta. Se rumoreaba que dos de los hijos que tuvo con John no eran de él sino de uno de sus amantes.
Lilian SÍ había sido feliz al lado de Marcus. Lilian NUNCA había engañado a Marcus. Entonces...Si eran tan felices juntos...¿Por qué le habían arrebatado a Marcus?
Lilian echó la carta al fuego. La chimenea estaba encendida.
Se cubrió el rostro con las manos. Tenía ganas de llorar, pero sus ojos estaban secos. De la misma manera que estaba seco su corazón. Estoy muerta, pensó Lilian.
"STONY CROSS" se había convertido en su cárcel privada. En su particular mausoleo.
Allí, Lilian lloraba a los tres seres que tanto había querido y que, ahora, ya no estaban con ella. Su marido Marcus y sus hijos. Su pequeña Merrit y su pequeño Samuel.