Tenía muchos harlequines en mi casa de los que me he deshecho. Me he quedado sólo con algunos que parecen buenos. Los demás se pueden ir a paseo.
¿Por qué hablo de estar forma?
¡Sí! ¡Lo han adivinado! ¡Voy a hacer una crítica sobre una novela romántica!
¿Y sobre cuál novela romántica voy a hacer mi crítica?, se estarán preguntando. Es un harlequín. ¿De quién? ¿Lo adivinan? ¡Voy a criticar a los harlequines en general!
No sé si habré criticado ya a los harlequines o no. He hablado de ellos, pero no me he explayado lo suficiente. Sólo he dicho que son malos. La gran mayoría. Otras obras merecen mi respeto porque están muy bien cuidadas.
Me llaman. Luego continúo.
¡Adiós!